Maternidad

Los maravillosos beneficios de la guardería ¡¡¡

              Cuando creé este blog, allá por el mes de noviembre, decidí que lo utilizaría para contar no sólo cosas de mi maternidad, pero se está convirtiendo en un monográfico… en fín, escribo porque me calma, aclara mis ideas, me sirve para desahogarme y, sobre todo, porque me ayuda a no arremeter contra el mundo defendiendo mi verdad, sino que, en determinadas situaciones, me callo y después vengo aquí, lo cuento todo y  me siento tranquila, con un peso menos encima.

              Una de esas situaciones en las que me dan ganas de saltarle a la yugular a alguien me ha pasado hoy. Como hace tan buen tiempo, Álvaro y yo nos hemos ido al parque esta mañana. Primero le hemos estado dando pan a los patos y después nos hemos acercado a la zona de juegos. No había apenas niñ@s, sólo dos niños con sus padres. Álvaro ha estado jugando con su pelota, montándose en el caballito… Al cabo de un rato se ha dado cuenta que hoy no se ha montado en el tobogán, que es su atracción favorita, y se ha ido para allá. Cuando ha llegado ha visto que estaba subiendo las escaleras uno de los niños (el pequeño, que le lleva a Álvaro unos tres meses) y se ha quedado como un bobito esperando que el otro niño subiera las escaleras.

 

 

                  La madre del niño estaba esperando el momento oportuno para hacerme la pregunta: ¿No va a la guardería? Es que se le nota que extraña, parece que no está acostumbrado a otros niños. Y digo yo, a ver ¿en qué se lo has notado? ¿en qué no ha querido subir las escaleras del tobogán mientras estaba otro niño? ¿En qué se sube las escaleras solo y se tira solo, sin necesitar la ayuda de su mamá? ¿En qué ha intentado jugar al fútbol con tu hijo mayor?

                 Es que sinceramente no sé en qué le ha notado que no va a la guardería. La verdad es que creo que ella conocía de antemano que no va (es la hermana de un amigo) y que sólo quería decirme que  si no va a la guarde el niño no está socializado (como odio esta expresión), extraña, etc. porque no se relaciona con otros niños.

                Yo, toda calmada, le contesto que no extraña a l@s niñ@s, y que está acostumbrado a jugar con ell@s, que lo saco a menudo al parque y que se habrá quedado parado porque el tobogán estaba ocupado. Pero, claro está, se me atragantan otras muchas cosas que debería haberle dicho.

              Le debería haber dicho que, entiendo su situación y que ella lo lleve a la guardería, porque está trabajando, pero que yo no trabajo fuera de casa y no tengo esa necesidad. Que mi hijo juega con otros niñ@s casi todos los días y que si no lo hiciera tampoco pasaría nada, porque tiene toooda la vida para relacionarse con la gente. Que yo considero que mi hijo debe estar con su madre (y su padre, claro está) todo el tiempo posible y que socializar no es estar rodeado de niñ@s en una guardería.

Socializar, desde mi punto de vista, es participar en la sociedad, es decir, acompañar a su madre cuando va a comprar el pan, va al banco o habla con la vecina sobre el frío que hace, ir con su padre al campo a ver las vacas, ir con su primo al parque…

La guardería es un invento reciente, creado cuando la incorporación de la mujer al mundo laboral se hizo masiva y no estuvo acompañada por bajas maternales adecuadas en cuanto a la duración de las mismas, que no se crearon porque les viniera bien a los niñ@s, sino a los papás y que nos están intentando vender que si un niñ@ no va la guarde no está bien socializado. Y lo peor de todo es que much@s han comprado esa opinión y nos ven como bichos raros a los que hemos decidido no llevarlos, o quizás no, quizás saben que sus hij@s estarían mejor con ell@s pero no les queda otra alternativa y argumentando los beneficios de la guardería solo están intentando convencerse a sí mismos.

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