He Dejado de Llamarme Mamá

He dejado de llamarme mamá. O mejor dicho, el muy…. ha dejado de llamarme mamá. Sí, como lo leéis. Yo que siempre soñé en convertirme en mamá, que estoy segura que es mi verdadera vocación, que estando embarazada se me ponían los pelos como escarpias cada vez que oía a un niño llamar a su madre porque sabía que en unos meses a mí me iban a llamar igual, que me pasé horas diciéndole a Álvaro ma-ma-ma-ma-ma-ma-ma… pero si hasta al blog, en un principio, le puse la mamá de Álvaro…

Pues tanto esfuerzo y tanta ilusión para nada, porque ahora va el mi niño y me quita el título de un plumazo y la verdad es que lo veo crudo para recuperarlo de nuevo.

La cosa comenzó hace más o menos dos semanas y fue poco a poco. Tan poco a poco que no me di cuenta del problema y no pude cortarlo de raíz. Álvaro empezó a cambiar el mamá, tan sonoro y poderoso, por un mami cursi y empalagoso, pero no lo hacía todas las veces, sino que era de vez en cuando: cuando se ponía mimoso, cuando pedía teta… Vamos, que lo veía tan tierno que me hacía hasta gracia y ahora…. pues ahora no sé cuando realmente dejó de llamarme mamá, con todas las letras, e introdujo la cursilería de mami, el caso es que ya no hay quien me lo quite.

Y fijaos lo listo que me ha salido el niño que ya ha aprendido todos los matices que puede tener la palabrita y no la utiliza sólo en plan meloso como al principio, sino que ha alcanzado una cantidad de mamis variantes que a veces me acojona y todo.

Qué pena que no lo podáis oír pero tiene un mami enfadado para cuando no quiere que le eche colonia, un mami empalagoso para cuando quiere que lo arrecuque, un mami suplicante para pedir  una chuche, un mami alegre para cuando quiere que juguemos al balón, y un mami serio y profundo que lo utiliza a veces cuando yo le digo que yo soy mamá y que parece que lo dice sólo para tocarme los c… oír como suena.

Y como mi niño a espabilado no hay quien le gane ha pensado que si le dice al progenitor de más carácter «mami» y al otro «papá» va a ver bronca en casa, así que para que su padre y yo no nos enfademos ni discutamos por ver a quien de los dos lleva los pantalones, también ha dejado de llamar a su padre papá y también lo llama papi… Hale, para que no se ponga celoso… No querías caldo? pues toma dos tazas…